jueves, 30 de julio de 2009

La muerte de un ser humano.

Hace alrededor de un mes que el mundo quedó asombrado por la noticia que el "rey del pop" Michael Jackson había muerto a la edad de 50 años. Esta noticia le dió la vuelta al mundo y todavía, al día de hoy, no se han dado los detalles de la autopsia que se le realizó a Jackson. Ya ustedes conocen los detalles de los rumores que rodean su muerte, pero en realidad quiero compartir con ustedes algo que me tiene el corazón muy triste y me hace reflexionar sobre este asunto. Se habló mucho sobre si Jackson no quería ser negro y por eso se "puso blanco", de abuso infantil y sobre otros temas en los cuales no voy a abundar. Ya sabemos que Michael no cambió su color, sino que padecía de una enfermedad conocida como Vitiligo. También se han dado a conocer detalles que llevan a concluir que las acusaciones sobre Jackson eran falsas. Pero todo esto me hace reflexionar y pensar, ¿por qué el ser humano solo ve lo malo y no ve lo bueno de las personas? Escogí a Michael Jackson porque es el tema de estos días, además quiero hacer referencia al ser humano que era él. El donó mucho de su dinero a causas benéficas y ayudó a muchos niños enfermos en hospitales.
Mientras veo las noticias y toda la información que sale en distintos medios me doy cuenta que existen seres muy crueles que sólo critican y hasta se alegraron de que Michael Jackson esté muerto porque ahora "va para el infierno". Esto me causa mucho dolor porque yo pienso que ¿Dónde está la sencibilidad del ser humano? ¡Dios mio!, ¿ Nos hemos convertido en los fariseos que criticamos? ¿Cómo podemos educar a nuestros niños y enseñarles el amor al prójimo si ellos nos ven actuar de esta forma? Quiero hacer esta pregunta: Si nos llevaran a una corte donde Dios fuera el juez, ¿Nos podría acusar de haber cometido abuso infantil? NO, NO, NO... sería nuestra respuesta. Pero ¿cuantas veces hemos cometido abuso infantil y quizás nadie lo sabe? Usted se preguntará que cuales son mis argumentos para decir tal "disparate". Pues piense y medite en lo siguiente.
¿Cuantas veces estamos en algún colmado o negocio y a llegado un niño(a) con un menudo en sus manos y pide algo y no le alcanza el dinero y no hemos extendido nuestras manos al bolsillo para completarle lo que le falta? ¿Cuantas veces vemos a un niño(a) tímido que no se atreve pedir lo que desea y como estamos apurados nos paramos al frente del niño(a), compramos y seguimos caminando sin ningún remordimiento? ¿Cuantas veces los niños nos quieren contar algo que pensamos en una "bobada" y no le hacemos caso a sus conversaciones porque tenemos cosas más importantes que hablar con otros adultos? Dígame usted si esto no es abuso infantil. ¿Cuántas veces a cambiado usted el color de su piel? ¿Nunca?... No me diga que nunca va a la playa y se "quema" bajo el sol para no verse tan "jincho"... Hablamos con un racismo que espanta. Si alguien nos cae mal es "un negro" pero si nos cae bien es "un trigueñito bonito" ¡Por Dios Santo! ¿que nos está pasando?
Tenemos que hacer un alto en nuestras vidas, reflexionar y sobre todo cambiar nuestras actitudes y forma de ver la vida. Todos somos seres humanos con virtudes y defectos. Nos autoproclamamos "cristianos" pero, ¿qué es ser cristiano? Seamos verdaderos seguidores de Cristo con nuestros actos. Extendamos nuestras manos a los necesitados. ¿Cuántos niños necesitan amor y están tan cerca de nosotros? Un saludo, un abrazo, una mirada dulce tiene un efecto sanador en la persona que lo recibe. No podemos cambiar el mundo entero pero podemos comenzar con nosotros mismos. Un millón de dólares no es un millón si le falta un centavo.
La muerte de Michael Jackson me hizo reflexionar y meditar sobre que es lo que yo, como ser humano, estoy haciendo para ayudar a otros seres humanos. Quizás él tenía mucho dinero y pudo hacer grandes cosas por otros, pero yo no tengo dinero pero puedo ayudar a muchos que necesiten un favor, un consejo, un gesto de amor. Lo que para nosotros parece pequeño para otros puede ser lo más grande en la vida. Aprendamos a utilizar nuestros ojos para ver la necesidad de los demás y ayudar.
¡Que Dios bendiga a cada uno de ustedes!



Michael Jackson
(Issouf Sanogo / AFP/Getty Images)
Michael Jackson sits with orphaned and abandoned Ivory Coast children whom he invited to the Intercontinental Hotel in Abidjan in February 1992.

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